
Only the perfection can be like this ... you are perfect ;)
Vampire Heart.
La lluvia caía con grandes gotas empapando todo a su paso; llevaba varios minutos parado cerca del lugar donde la habían dejado a ella, no se atrevía a acercarse. Oculto tras una estatua de piedra con forma de querubín, aguardaba a que su corazón estuviera listo para todo lo que tenía que decir.
Levantó la cara al cielo, cerró sus ojos apretándolos con fuerza, al igual que sus puños, las ganas de gritar lo invadieron, pero no lo hizo. El agua que caía de las grises nubes, se mezclaban con las que salían de sus ojos, del mismo color que los nubarrones.
Fijó su vista al frente, el odio y la ira se reflejaron en su iris, con su ceño fruncido remeció su cabeza, varias gotas saltaron de su cabello liso castaño claro que colgaba suelto hasta los hombros. Golpeó con fuerza el querubín, destrozando sus alas, y caminó decidido a enfrentar lo que su corazón guardaba.
Se detuvo unos pasos lejos de donde las piedras habían caído, una pequeña montaña de tierra se convertía en barro frente a sus ojos, y al final, una lápida con el nombre de mujer grabado. Apretó sus puños y soltó un grito con todas sus fuerzas, dejando escapar toda la ira que llevaba en su interior, cayó de rodillas al suelo, quedando frente a ella; introdujo sus manos en la tierra y se acostó sobre la montaña de barro, llorando por todo lo pasado.
Recordó cuando la conoció, apenas eran unos niños, ella llegó a vivir a la casa junto a la de él, y desde entonces, se hicieron inseparables. Crecieron con juegos que sus padres y criados les permitían, con las costumbres de la época en que vivían, mediados del siglo XVIII; prometieron ser amigos por siempre, a pesar que tenían muy claro que pronto sus destinos los separarían, y una nueva vida les llegaría.
Ella siempre mostró gran interés por todo lo relacionado con la moda, los vestidos eran su pasión, le encantaba posar cada uno de los lujosos trajes que su madre le mandaba a confeccionar; él por otro lado, se interesaba en la religión, le gustaba ayudar en la iglesia, adoraba al Creador, tanto como a su padre, su Biblia, era su tesoro más preciado.
Cuando él cumplió los diecisiete, le realizaron una gran fiesta; ella fascinada bailando con cualquiera de los chicos que la invitaban, su radiante sonrisa dejaba a los semejantes de su edad boquiabiertos; pero, para ella sólo existía uno.
—¿Me permites? —Preguntó tocando el hombro del chico con quien ella bailaba, deteniéndoles el paso.
—Claro —respondió, pero la chica ya lo había soltado.
—Pensé que nunca lo harías —le sonrió a su mejor amigo mientras dejaba sus manos sobre los hombros de éste.
—Te veía muy entretenida —posó sus manos en la cintura de ella—, no quería interrumpir.
—Yo quería que lo hicieras —lo regañó.
—Necesito contarte algo —dijo mientras danzaban al ritmo de la música suave que sonaba en el salón.
—Yo también —le sonrió con las mejillas sonrojadas.
—Vamos al balcón —tomó su mano y se dirigieron a un gran ventanal cubierto por enormes cortinas doradas.
La vista frente a sus ojos era maravillosa, los jardines verdes tomaban un color especial debido a la cercanía del ocaso, un pequeño riachuelo azotaba con suavidad algunas rocas, los pájaros en los árboles se acomodaban para descansar, algunos grillos salieron a cantarle al sol en señal de despedida, y a la vez, a la luna para darle su bienvenida.
El chico se apoyó de espaldas contra la baranda de cemento, ella miraba el cielo.
—¿Quién primero? —Preguntó él rompiendo el silencio.
—Tú —respondió con rapidez y mirándolo a los ojos.
—He estado pensándolo por mucho tiempo —tomó las manos de la chica, ésta se ruborizó—, y ya sé lo que haré de mi vida.
—Eso es algo en lo que yo no puedo pensar —frunció el ceño en respuesta al chico—. Yo sólo obedezco, primero a mi padre y luego a mi esposo.
—Por eso tienes que elegir bien —le sonrió con dulzura.
—Tampoco me dejan hacer eso —soltó sus manos del chico y lo golpeó en el pecho.
—Suerte que soy hombre —dijo con burla, ella le respondió con más golpes—. Era una broma, sabes que no estoy de acuerdo con eso —la abrazó con fuerza.
—¿Qué es lo que me tienes que contar? —Preguntó avergonzada.
—He decidido —separó a la chica de sus brazos y la miró fijo a los ojos castaños—, dar mi vida al servicio de Dios.
—Yo… —titubeó aguantando las lágrimas que amenazaban con salir—, no sé que decirte.
—Dime que me apoyas —suplicó tomándola de los hombros.
—Sabes que sí —lo abrazó con fuerza—, siempre lo he hecho, y lo seguiré haciendo, hagas lo que hagas.
—Gracias —susurró respondiéndole el abrazo—. Ahora es tu turno, ¿cuál es tú confesión?
—Nada importante —salió de sus brazos y le dio la espalda.
—Ya tienes pretendiente —le dijo con voz baja cerca del oído.
La chica no aguantó las lágrimas, corrió lo más que pudo, no quería que él la viera llorar, ya no podría decirle lo que sentía, simplemente seguirían siendo los mejores amigos, como siempre.
—¿Por qué? —Preguntó llorando mientras el lodo comenzaba a cubrir su rostro.
You can't escape the wrath of my heart, beating to your funeral song, you're so alone.
Dos meses pasaron y él entró para alistarse al servicio de Dios, un cautiverio de un año lo separaría de todo tipo de contacto con el mundo exterior; todo sería distinto desde aquel día, pero así lo eligió, él anhelaba esa vida.
Ella le escribía a diario, aunque ninguna de sus cartas llegara a su destino, todas eran retenidas en la entrada del monasterio, el joven aspirante a sacerdote no podía recibir noticias del exterior.
El tiempo pasaba lento para ambos, la chica anhelaba que él regresara y se arrepintiera de dedicar su vida a la iglesia, aunque esos pensamientos la destinarán a la hoguera; y él, deseaba tener noticias de su familia, y de ella.
Cuando pasó su año de encierro, lo mandaron a una ciudad alejada de su lugar de origen, donde comenzaría a recibir las enseñanzas para convertirse en sacerdote. Lo primero que hizo, fue pedir pluma, tinta y papel para mandarle una carta a ella, contándole lo bien que estaba y que ya le quedaba poco para poder oficiar una eucaristía.
Al pasar unos meses de su llegada, comenzó a darse cuenta que las cosas no eran como las pensaba, las enseñanzas recibidas en su pequeño pueblo, no se comparaban con las recibidas allí, él no amaba a Dios como lo hacían sus profesores, él no estaba dispuesto a torturar a las personas por pensar diferente.
Pero, fue cuando vio al obispo, metiendo a la hoguera a un anciano por no tener dinero para pagar el diezmo a la iglesia, decidió alejarse de todo aquello. Esa misma noche le tocaba guardia, cuando estuvo despejado, saltó por la pared y corrió lo más rápido que pudo, dejando atrás la vida que siempre había soñado.
No tenía rumbo fijo, todo lo que pensaba había sido derrumbado por las personas que tanto respetaba; ella se le cruzó por la mente, en ella encontraría refugio y el camino de vuelta a tener fe.
Un grito de mujer lo distrajo, no se dio cuenta cuando se vio envuelto en una pelea, los filos de los cuchillos brillaban por la luna; golpeó a unos, pero su recuerdo llega hasta el momento en que cae al suelo, y una chica de negros ojos le da las gracias.
Despertó en un callejón con el brazo derecho ardiendo, y una molestia en las encías. Un mendigo estaba acostado cerca, de un salto se abalanzó sobre él, sus ojos se volvieron negros y unos colmillos aparecieron en su boca, lentamente comenzó a succionar hasta la última gota de la sangre del anciano, que no alcanzó siquiera a gritar para pedir ayuda.
El cuerpo sin vida cayó al suelo, a la vez que él volvía los ojos a la normalidad y guardaba sus colmillos, limpió su cara, las manchas de sangre no se le verían bien, se dejó caer de rodillas al suelo, con la vista caída, miró sus manos y cerró con fuerza sus ojos, ahogando un grito que pedía salir.
All faith is lost for hell regained, and love dust in the hands of shame, just be brave.
La lluvia no parecía querer disminuir, las grandes gotas continuaban cayendo cubriendo todo, y de a poco el cuerpo de él comenzaba a cubrirse con el lodo de la pequeña montaña, al igual que las pocas flores que había a los alrededores.
Sus lágrimas tampoco querían dejarlo, su tristeza era demasiada y su llanto no cesaba; el cielo se oscureció aún más, y supo que la noche había llegado.
Fue cuando percibió el rastro de aquella, se quedó quieto, su olor era inconfundible, la podía rastrear kilómetros a la redonda, pero ahora no tenía ganas de verla, no en esas circunstancias, además, un gran odio reflejaban sus ojos al recordarla.
Cuando salió del callejón, varias personas se podían ver caminar, el olor de todas ellas entraba por su nariz, no aguantaba, necesitaba más de aquel espeso líquido que se había transformado en su alimento; volvió al callejón, y siguiendo los instintos del animal en que se convirtió, dio un salto hasta llegar al techo del edificio, así se fue saltando de casa en casa, de cumbrera en cumbrera.
Se detuvo cuando olfateó que en una callejuela andaba una presa sola, de dejó caer con suavidad y quedó de espaldas a la figura que se convertiría en su alimento.
La chica dio un grito cuando se dio la vuelta y vio tras ella al ser vestido con túnica.
—Me asustó —le dijo con respeto—. ¿Anda perdido?, el monasterio está al otro lado de la ciudad.
—¿Perdido? —Preguntó con burla—. Perdido estoy, pero no de ése lugar que nombras —dio un paso al frente acercándose a la chica.
—¿Entonces? —Consultó temerosa al ver los grises ojos del chico volverse completamente negros, dio unos pasos hacía atrás.
—De mi mismo —respondió abalanzándose sobre la chica.
Le tapó la boca con su mano, ella forcejeaba intentando soltarse, cosa que no logró. La dejó contra la pared, y lentamente posó sus labios en el cuello, sacó sus filosos colmillos y mordió, para luego beber todo el líquido que poseía la chica.
El cuerpo de la chica cayó sin vida, limpió su cara y volteó, alguien se aproximaba y no era humano. Dio unos pasos hacía atrás y se escondió entre las sombras.
—Vaya —la voz de una mujer resonó en el lugar—. Te has adaptado rápido —sonrió mirando a la chica—. ¿No saldrás? —Preguntó clavando sus ojos en dirección a donde él se encontraba.
—¿Tú? —Preguntó dejando sus ojos a la vista.
—Sí, yo —respondió con una sonrisa—, tú me salvaste de esos cazadores y yo te lo agradecí convirtiéndote en lo que eres ahora, un vampiro.
—Bastaba un gracias —sus ojos se volvieron negros—. No te pedí que me transformaras.
—Lo sé —suspiró sentándose sobre unas cajas—. Pero, me gustaste y quiero pasar la eternidad a tu lado.
—Soy un hombre dedicado a Dios —respondió decidido a dejar la conversación.
—¿Hombre? —Preguntó mordiendo su labio inferior—. Eras un hombre, ahora un vampiro, y nosotros no obedecemos leyes de ningún dios —sonrió.
—Soy la excepción —frunció su ceño.
—No lo creo —dijo poniéndose de pie y apuntando a la chica—. Eso de allí, te delata.
—No quería ser rudo contigo —le sonrió—.Pero, ya que no entiendes, te lo diré claro, no me interesa pasar la eternidad a tu lado.
—Lo hubieras dicho antes —habló mientras caminaba al encuentro del chico—. Me encantan los retos —suspiró abrazándolo.
—Éste lo tienes perdido —la tomó de los hombros alejándola de él.
—No lo creo —sonrió mirándolo a los ojos—. Juntos podremos dominar éste mundo, tener a los humanos a nuestro antojo, atormentarlos y beber su sangre cuando queramos.
—Vaya —sonrió—, me alejó de la religión por esos motivos, y llegas tú a ofrecerme lo mismo.
—Te enseñaré a usar tus nuevos poderes y a contener tus ansías por la sangre —dijo separándose de él y agotando su último recurso.
—Eso me interesa —volvió sus ojos a la normalidad.
—Entonces sígueme —sonrió la vampiro, el chico ya le pertenecía.
Saltó y corrió a gran velocidad por los tejados, él la seguía muy de cerca, en el fondo le agradaban bastante aquellos poderes. Se detuvieron a las afueras de la ciudad, en una pequeña casa destartalada, entraron.
—Supongo que quieres deshacerte de aquellas túnicas —dijo con burla abriendo una gran puerta cerca de la sala.
—Sí, ya de nada sirven —clavó su mirada en la chica.
—Aquí tienes ropa de hombre —sonrió lanzándole unas vestimentas elegantes de la época.
—Gracias —respondió al recibirlas.
Caminó por la casa y cambió su ropa en una habitación cercana a donde estaba, su amiga se le vino a la mente mientras terminaba de abotonarse la camisa, suspiró y la puerta se abrió.
—¿Me das privacidad? —frunció su ceño al sentir a la chica a su espalda.
—No —le respondió sonriendo mientras lo abrazaba por la espalda—. ¿Estás seguro que eras sacerdote?
—No lo era —suspiró girándose y mirándola de frente—, estaba estudiando para serlo.
—Ahora te quito hasta el último rastro de esa vida —le sonrió mientras se colgaba de su cuello y juntaba sus labios con los de él.
Aquel beso no fue respondido por el chico, pero la vampiro no se daría por vencida, continuó con sus labios pegados a los de él, y de a poco comenzó a caer en las redes de la chica, cerró sus ojos y se dejó llevar por la suavidad de aquella, por primera en su vida sentía lo que era dar un beso, y le gustó. Abrazó a la vampiro con fuerza, pegándola a él, ella hundió sus finos y delgados dedos en la cabellera del chico, impidiendo la separación de sus bocas; la tomó en sus brazos y la pegó contra la pared.
Dejó los labios de la vampiro, y quiso probar su cuello, bajó y pasó su lengua por aquel lugar, ella sonreía gustosa porque lo tenía en sus manos.
—Muérdeme —le ordenó—. Si quieres que sea tuya, muérdeme.
El chico no lo pensó dos veces y sacó sus colmillos, con suavidad mordió el cuello de la mujer, su amiga de infancia se le vino a la mente mientras la sangre de la vampiro comenzaba a salirle, bebió un poco de aquel líquido y continuó probando cada una de las partes que componían el cuerpo de la mujer, sin dejar de pensar en la chica que se había quedado en su pueblo natal.
Let me bleed you this song of my heart deformed, and lead you along this path in the dark, where I belong 'till I feel your warmth.
Varios años pasaron, él ya conocía a la perfección cada una de las nuevas cualidades que poseía su cuerpo, y también sus debilidades; cada día despertaba con aquella chica entre sus brazos, pero a la vez, todo el tiempo pensaba en su amiga.
—¿A dónde vas? —Preguntó adormilada en la cama al ver que él se levantaba.
—Me iré lejos por un tiempo —le respondió mientras se vestía.
—No te vayas —dijo enterrando su cara en las sábanas—. Aquí tienes de todo, y el desayuno está servido.
—Tengo asuntos pendientes —contestó abriendo la puerta de la habitación.
—¿Con la mujer que nombras en tus sueños? —Preguntó saliendo de la cama.
—Son cosas mías —le respondió saliendo del recinto.
—Volverás —le dijo mirándolo desde el umbral de la puerta.
—No lo sé —le respondió mirando a la sala, donde varias personas estaban amordazadas, esperando las horas para comer.
—No fue una pregunta —sonrió—. Te lo aseguré.
El chico la miró con odio y salió de la casa.
Corrió a gran velocidad, bastante tiempo le costó tomar la decisión de volver a sus orígenes, pero ya era hora de hablar con su mejor amiga, y tal vez así lograr quitarse lo mal que se sentía después de haber abandonado todo, aunque sea diferente, desde muchos puntos de vista.
No supo cuanto tiempo avanzó por ciudades, campos, bosques; deteniéndose de vez en cuando a probar algunos bocados, hasta que divisó su pueblo, una tibia tarde de primavera. Recordaba a la perfección el olor de la chica, saltó hasta quedar en el techo de una casa y olfateó el aire, esperando que le llegará aquel aroma tan particular que la caracterizaba, vainilla y tulipanes.
Sonrió al percibirla, aún seguía en el pueblo, y estaba bastante cerca, pero otro olor acompañaba su cuerpo. Dio un saltó y bajó del tejado, se mezcló entre las personas que caminaban por las calles, observando cada rincón del lugar que abandonó hace tanto. Algunas personas se le hacían familiares, otras se quedaron viéndole como si fuera un fantasma, pero luego sus vistas se perdían en la distancia y el seguía caminando sin tomarlas en cuenta; el olor a vainillas y tulipanes se hizo presente unos pasos más adelante, se escondió en un callejón y desde allí miró a la mujer que vestía un elegante traje color mantequilla, acompañado de un sombrero del mismo color, caminando del brazo de un señor muy distinguido, por la ropa que usaba.
Se notaba que ya no era una niña, de su sonrisa radiante no había rastro, pero sus ojos castaños oscuros seguían igual de brillosos como aquel día que la conoció; su cabello liso ondulado en las puntas, le colgaba suelto hasta un poco más abajo de los hombros, haciendo juego con el vestido ya que lo tenía castaña bastante claro. Cuando se subió a la carroza pudo notar que su tez trigueña y su nariz perfilada continuaban igual de bellas.
Quitó su vista de ella, y se metió por el callejón saliendo por otra calle, caminó con un rumbo fijo, antes de verla a ella, debía ir a visitar a sus padres.
La casa donde vivió seguía igual, excepto por las personas que allí moraban, entró y golpeó la puerta, una sirvienta de corta edad abrió.
—¿Diga? —Preguntó temerosa mirando al chico.
—¿Dónde están los señores? —Cuestionó olfateando el interior.
—No se encuentran —respondió—. Están de vacaciones en el lago.
—¿Aún viven aquí los señores Fellon? —Preguntó sonriendo al pensar que debió preguntar eso primero.
—No señor —contestó con voz baja—. Aquí viven los Wells.
—¿Sabe dónde puedo encontrar a los Fellon? —Indagó algo confuso.
—Sí, en el cementerio —alcanzó a responder, pero el chico ya había desaparecido.
Le bastó escuchar la última palabra para desaparecer de aquella casa que por tanto tiempo fue su hogar, corrió hasta llegar al lugar que le señaló la sirvienta, y allí olfateó intentando que el olor de sus padres llegara a su nariz.
La noche comenzó a caer, y aún no tenía rastro de sus progenitores, caminaba por entre las tumbas, lentamente olfateando, pero nada; hasta que los percibió, dio un salto y cayó frente a las lápidas de sus padres; quitó la maleza que crecía en sus alrededores y pudo ver con claridad que ambos habían muerto con cuatro meses de diferencia, dos años después que arrancó del monasterio.
Se arrodilló frente a ellos y les pidió perdón por haber desaparecido tanto tiempo, lloró por no despedirse antes de que fallecieran.
—No les puedo decir que nos encontraremos en el cielo —se puso de pie, secó sus lágrimas y corrió lejos del lugar.
Unos pocos segundos le bastaron para olfatear el rastro de su amiga, unos segundos le tomó llegar al hogar de ésta y aparecer en el balcón de su habitación. Miró a través del vidrio, y la vio acostada, golpeó y espero.
La chica se puso de pie de un saltó, tomó la fina bata para levantarse y se la puso encima, se encaminó a la puerta, pero otro golpe la detuvo, se dio cuenta que era la ventana lo que sonaba. Con temor se dirigió hasta el lugar, abrió un poco el visillo y lo vio, después de muchos años lo reconoció, no dudo en abrir enseguida.
—Ethan —susurró sorprendida al momento que él entró.
—He vuelto —dijo tomándola en sus brazos y abrazándola con fuerza.
Su amiga respondió de la misma manera, a la vez que el viento entraba con gran intensidad por la ventana, remeciendo las ropas de ellas, el cabello de él, y las cortinas que adornaban la habitación
—No soy el mismo —musitó cerca del oído de ella.
—Nos dijeron que habías muerto —sollozó escondiendo su cara en el pecho de su amigo—, le llegó una carta a tu padre, decía que no habían encontrado tu cuerpo.
—En parte, es verdad —la separó un poco de sus brazos—. Morí.
—No entiendo —dijo ella mirando la espalda de él, ya que se había alejado para cerrar la ventana—. ¿A qué te refirieres con que no eres el mismo? —Preguntó al recordar sus palabras.
—No soy el mismo que conociste —respondió sin mirarla poniendo el seguro del ventanal—, ya ni siquiera soy humano.
—¿Qué eres? —Indagó con curiosidad.
—Vampiro —contestó girándose y mostrándole sus colmillos.
Ella dio unos pasos atrás, alejándose de él, tapó con sus manos su boca, aguantando un grito que pudo delatar al intruso que estaba en su habitación.
Volvió sus ojos a la normalidad, y guardo sus colmillos, la miró fijo y le sonrió.
—¿Me apoyarás haga lo que haga? —Cuestionó las palabras que una vez salieron de la boca de ella.
—Lo haré —respondió lanzándose a los brazos del chico a quien tanto extrañó y esperó.
Hold me, like you held on to life when all fears came alive and entombed me. Love me, like you love the sun scorching the blood in my vampire heart.
Había encontrado de nuevo su rumbo, se quedaría en su pueblo natal, con ella, su mejor amiga; a pesar de estar casada, no era impedimento para que cada noche él entrara a su habitación y charlaran acostados durante largo rato, para que luego ella cayera en un profundo sueño en los brazos del vampiro.
—¿Qué me ibas a decir ese día que te conté mi deseo de ser servidor de Dios? —Preguntó una noche recordando su decimoséptimo cumpleaños.
—No lo recuerdo —mintió alejándose de los brazos de su amigo.
—No eres buena para mentirme —sonrió jalándola para dejarla junto a él nuevamente.
—Algo sin importancia —bajó su mirada, sus mejillas estaban sonrojadas.
—¿Qué cosa? —Consultó riendo, ella seguía actuando como una niña.
—Que estaba enamorada de ti —dijo con rapidez escondiendo su cara entre sus manos.
—¿Estabas? —Preguntó quitando las manos de su cara y levantando el rostro para que sus ojos se clavaran en los de él.
—Lo estoy —aseguró sin poder quitar la vista de los grises ojos que tenía enfrente—. No te imaginas todas las noches que pedí por tu arrepentimiento frente a lo que deseabas para tu futuro, esperando que volvieras y me dijeras que me amas —unas lágrimas salieron de sus ojos, él la secó con sus dedos tiernamente.
—Te amo —musitó antes de juntar sus labios con los de ella.
La chica abrió sus ojos a más no poder, su sueño se volvía realidad, los cerró con suavidad mientras abrazaba el cuello del vampiro, dejándose guiar por sus labios.
La abrazó con fuerza, sin dejar de besarla, ya no era necesario imaginársela en la vampiro, la tenía frente a él, en sus brazos, su aroma de vainilla y tulipanes lo embriagaba; dejó sus labios y bajo a su cuello, lo besó con suavidad, sacó sus colmillos y la mordió; ella abrió sus ojos mostrando dolor, ahogó un grito y clavo sus uñas en la espalda de él, pero no le impidió que bebiera un poco de su sangre.
I'll be the thorns on every rose, you've been sent by hope, you'll grow cold. I am the nightmare waking you up, from the dream of a dream of love, just like before.
Las grandes gotas de lluvia empezaron a achicarse, lentamente hasta que desaparecieron. La figura de un hombre, abrazando una montaña de barro ya casi inexistente, se podía ver en el cementerio cubierto por la oscuridad de la noche.
Se arrodilló y golpeó con sus puños la mojada tierra, la lluvia se acabó, pero sus lágrimas no querían desaparecer.
—Lo siento —dijo una vez que sus golpes cesaron—. Si tan sólo me hubieras dicho… —susurró limpiando su rostro cubierto por el barro.
Fijó su vista al suelo, apretando con fuerza sus ojos, el dolor que sentía en su pecho era incomparable, la culpa que lo cubría no tenía fin.
—Yo no quería… —musitó sin levantar la vista—. ¿Lo sabes verdad? —Preguntó al silencio de la noche—. Tal vez, nunca debí volver —abrió sus ojos, clavándolos en la lápida que tenía al frente—. ¡¿Por qué?! —Gritó apretando sus puños, soltando la rabia que se había cumulado nuevamente—. Ya no volveré a sentir tu aroma de vainillas y tulipanes, ya no tendré a quien detenga mis instintos asesinos, ya no estarás para decirme que me apoyas —susurró pasando con suavidad sus dedos por el dorado nombre grabado en la piedra—. Pero, te prometo que seguiré adelante, recordando tus palabras hasta el fin de mis días, tal vez tengas razón, y todo lo que me pasó sea por el bien de alguien más, quizás está en mi destino el ser lo que soy. Probablemente, algún ser me necesité, tal como yo lo hice contigo —dejó de pasar sus dedos por la lápida—. Está será nuestra despedida, no nos volveremos a ver ni siquiera en la hora de mi muerte, tú estarás con los ángeles, yo en el infierno.
Let me weep you this poem as Heaven's gates close, paint you my soul, scarred and alone waiting for your kiss to take me back home.
Cada día que pasaba, ella perdía más color, él no entendía que pasaba, estaba seguro que no le quitaba demasiada sangre en las noches cuando la tenía en sus brazos. Pero, también tenía consciencia de que cuando llegó al pueblo, dejó de beber sangre humana para reemplazarla por la de vaca, o algún mamífero que encontrara en los alrededores, y tener el sabor de ella en sus labios, lo hacían perder el control.
—¿Te estoy dejando sin sangre? —Preguntó una noche preocupado.
—No, no lo haces —respondió abrazándose al cuerpo de su amante.
—Entonces, ¿qué te hace perder el color? —Consultó intentando sacar información.
—No lo sé —contestó sin dejar de abrazarlo—, tal vez estoy enferma.
—No —dijo poniéndose de pie—. Estabas sana cuando llegué —se arrodilló junto a la cama y tomó la mano de ella—. Yo te estoy matando.
—No lo haces —le besó la frente—. Y si lo hicieras, no me importaría.
—A mí sí —le acarició la mejilla que ya no se sonrojaba—. No te haré más daño.
—Prefiero que me muerdas a mí, a que lo hagas con otra —alzó un poco su voz, él sonrió.
—No sólo los humanos tienen sangre —la abrazó con fuerza.
—Yo seré quien te sostenga y quien te apoye —respondió el abrazo—. Quien te dé el calor que necesitas, el consuelo y la amistad, también mi sangre.
—No, eso no, ya no más —susurró en el oído de ella.
—Es mi decisión, respétala como yo lo hago con las tuyas —le dijo con seriedad, él únicamente la abrazó con más fuerza.
Hold me, like you held on to life when all fears came alive and entombed me. Love me, like you love the sun scorching the blood in my vampire heart.
Su marido, preocupado por la salud de ella, contrató a un sin fin de médicos, brujos y curanderos, ninguno daba con lo que le hacía perder tanta sangre, y ella tampoco cooperaba para que lo descubrieran. El vampiro no dejaba cicatrices cuando bebía.
Varios meses pasaron, y a pesar que él había dicho que no tomaría de su sangre, no lo cumplió; en parte porque ella no lo dejaba, y no era capaz de resistir el olor de ella cuando la tenía tan cerca.
Su salud empeoró al pasar de los días, a veces no podía articular palabra alguna, él sólo se acostaba junto a ella, la abrazaba pegándola a su cuerpo mientras le acariciaba su cabello, su rostro, su cuello, sus brazos; susurrándole al oído lo bella que era y lo mucho que la amaba.
—Creo que pronto nos separaremos —habló con suavidad un fría noche de invierno.
—Nunca lo haremos —aseguró él.
—Tú eres inmortal —susurró—, ya es seguro que moriré, y pronto.
—No dejaré que pase —le besó la frente.
—¿Cómo lo detendrás? —Preguntó sonriéndole con dulzura.
—Me acompañarás en la eternidad —le respondió cerrando sus ojos.
—Lo haré, pero desde otro lado —le acarició la mejilla, secándole una lágrima solitaria que brotaba de sus ojos—. Nunca has sido partidario de convertirme en vampiro, y yo no quiero estar aquí tanto tiempo.
—Pero… —susurró tomándole la mano—, no estoy dispuesto a perderte.
—No lo harás —le aseguró—. Estaré contigo pase lo que pase.
—Yo no podré ir a donde te encuentres —la apretó con fuerza contra su cuerpo.
—Claro que sí —clavó sus ojos en los de él—. Donde tú vayas, yo iré; mientras éste en tú corazón, nada me separará de ti.
—No es lo mismo —varias lágrimas cayeron chocando contra las pálidas mejillas de ella.
—Yo te ayudaré cuando caigas, y estaré contigo cuando me necesites —susurró casi sin voz—. Te amo, siempre lo hice, y nunca dejaré de hacerlo, a pesar que nos separe un muro tan grande como es la muerte.
—No, no nos separarán —dijo sin poder contener sus lágrimas.
—Debes dejarme ir —musitó cerrando sus ojos.
—No quiero —habló con desesperación mientras la apretaba con más fuerzas contra su cuerpo—. Te amo —susurró y la mano de ella que se encontraba en su mejilla cayó a un costado de su ser.
Ahogó un grito, nadie debía enterarse que se encontraba en aquella habitación, la abrazó con más fuerza, ya nada podía hacer, ella se había ido para siempre y ésta vez, él no podría seguirla.
Se quedó junto al cuerpo sin vida hasta el amanecer, mirándola, acariciándola, abrazándola; junto a los primeros rayos del sol, abrió la ventana y saltó del balcón, corrió a gran velocidad, sin rumbo; hasta llegar a un campo vació, donde descargó toda la rabia que sentía a través de gritos.
Hold me, like you held on to life when all fears came alive and entombed me. Love me, like you love the sun scorching the blood in my vampire heart.
Vainillas y tulipanes, era el olor que cubría el cementerio, una tumba que hace unas horas había sido ocupada, se encontraba cubierta de tulipanes con un toque de aroma a vainilla. Nadie supo de dónde habían salido, ni cómo llegaron hasta ese lugar, pero el agradable olor se mantuvo por unas semanas.
Algunas personas dicen que un hombre visita cada año aquella tumba, siempre en la misma fecha, para el cumpleaños de quien vive allí. Ese mismo día, desaparece una vaca.
Siglos más tarde, la lápida fue removida por mandato de un hombre alto, ojos grises, cabellos castaños claros, tez trigueña y cuerpo fornido. Poniendo en su lugar otra, con el mismo nombre y fechas, pero con diferente inscripción, y dejando la frase más extraña que una persona normal pudiera leer en una lápida: “Hold me, like you held on to life when all fears came alive and entombed me. Love me, like you love the sun scorching the blood in my vampire heart”. Pero, con un significado que sólo él, y quien yace en ese lugar, lo sabrán.
Una vaca sigue desapareciendo en la misma fecha, y un olor a vainillas y tulipanes continua impregnando el ambiente tétrico del lugar donde reposan los cuerpos, cada cierto tiempo, cada ciertos años, una figura recorre el cementerio, sin que nadie pueda distinguirlo jamás.
Fin.
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all faith is lust for hell regained
and love dust in the hands of shame
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of my heart deformed
and lead you along this path in the dark
were I belong until I feel your warmth
Hold me like you held onto life
when all fears came alive and entombed me
love me like you love the sun
scorching the blood in my
Vampire Heart
I'll be the thorns in every rose
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I am the nightmare waking you up
from the dreams of a dream of love
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and paint you my soul
scarred and alone
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take me back home
Hold me like you held onto life
when all fears came alive and entombed me
love me like you love the sun
scorching the blood in my
Vampire Heart.
No puedes escapar a la cólera de mi corazón,
latiendo por la cancion de tu funeral,
toda fé está perdida y el infierno recuperado,
en el polvo de la cólera de la vergüenza,
sólo sé valiente.
Déjame despertar tras el sol de mi corazón,
antes de conducirte a través de este camino en la oscuridad, de donde pertenezco hasta que siento tu calor.
Agárrame como te agarraste a la vida cuando todos los miedos volvieron a vivir y me llevaron a la tumba.
Y ámame como amaste al sol, abrasando la sangre en mi corazón de vampiro.
Seré las espinas en cada herida,
puedes mandar mi esperanza,
soy la pesadilla despertandote, del sueño, del sueño del amor.
Déjame ser indispuesto como el agarre de las puertas del cielo,
darte my alma, comenzando a amar,
estoy esperando que tus besos me devuelvan a casa.
Agarrame como te agarraste a la vida cuando todos los miedos volvieron a vivir y me llevaron a la tumba.
Y ámame como amaste al sol, abrasando la sangre en mi corazón de vampiro.
Agarrame como te agarraste a la vida cuando todos los miedos volvieron a vivir y me llevaron a la tumba.
Y ámame como amaste al sol, abrasando la sangre en mi corazón de vampiro.
Agárrame como te agarraste a la vida,
mi corazón de vampiro.
Ámame como amaste al sol.
mi corazón de vampiro...
Stay low
soft, dark, and dreamless
far beneath my nightmares and loneliness
I hate me
for breathing without you
I don't want to feel anymore for you
grieving for you
I'm not grieving for you
nothing real love can't undo
and though I may have lost my way
all paths lead straight to you
I long to be like you
lie cold in the ground like you
Halo
blinding wall between us
melt away and leave us alone again
humming, haunted somewhere out there
I believe our love can see us through in death
I long to be like you
lie cold in the ground like you
there's room inside for two and I'm not grieving for you
I'm coming for you
You're not alone
no matter what they told you you're not alone
I'll be right beside you forevermore
I long to be like you, sis
lie cold in the ground like you did
there's room inside for two and I'm not grieving for you
and as we lay in silent bliss
I know you remember me
I long to be like you
lie cold in the ground like you
there's room inside for two and I'm not grieving for you
I'm coming for you ♥
IN THE SHADOWS
No sleep, no sleep until I’m done with finding the answer
Won’t stop, won’t stop before I find the cure for the this cancer
And sometimes I feel like going down and so disconnected
But somehow I know that I am haunted to be wanted
Chorus
I’ve been watching, I’ve been waiting in the shadows for my time
I’ve been searching, I’ve been living for tomorrows all my life
In the shadows
In the shadows
They say that I must learn to kill before I can feel safe
But I, I’d rather kill myself than turn into their slave
And sometimes I feel that I should go and play with the thunder
Cause somehow I just don’t wanna stay and wait for a wonder
Chorus
Lately I’ve been walking, walking in circles, watching, waiting for something
Feel me, touch me, heal me, come take me higher
Chorus
I’ve been watching, I’ve been waiting
I’ve been searching, I’ve been living for tomorrows
In the shadows
In the shadows ♥
I’ve been watching
Lithium- don't want to lock me up inside
lithium- don't want to forget how it feels without
lithium- I want to stay in love with my sorrow
oh but God I want to let it go
come to bed, don't make me sleep alone
couldn't hide the emptiness you let it show
never wanted it to be so cold
just didn't drink enough to say you love me
I can't hold on to me
wonder what's wrong with me
Lithium- don't want to lock me up inside
lithium- don't want to forget how it feels without
lithium- I want to stay in love with my sorrow
Don't want to let it lay me down this time
drown my will to fly
here in the darkness I know myself
can't break free until I let it go
let me go
Darling, I forgive you after all
anything is better than to be alone
and in the end I guess I had to fall
always find my place among the ashes
I can't hold on to me
wonder what's wrong with me
Lithium- don't want to lock me up inside
lithium- don't want to forget how it feels without
lithium- I want to stay in love with my sorrow
oh but God I want to let it go ♥